martes, 8 de diciembre de 2009

Agua

Agua, lluvia , gris. Palomas que se resguardan en ventanas de edificios. Tejas caladas, goteras. La luz que se pierde entre las nubes, el frío invade las calles. Desierto. El paisaje urbano se funde con la atmosfera. Domingo de lluvia. Domingo de Noviembre. Domingo de mierda, mierda de Domingo.
Puedo sentir a la muerte flotar en el ambiente, va de un lado a otro, consumiendo vidas, segando almas. Yonquis que mueren en la calle, putas consumidas por el sida, sobredosis, accidentes, suicidios, sobre todos suicidios... La gente pierde la esperanza muy fácilmente en días como estos; el amor que no llega, el dinero que no llega, la alegría que no llega, la suerte que no llega ,en definitiva no llega nada, tan solo las lágrimas, los suspiros, y dices hasta aquí hemos llegado, no merece la pena seguir mirando por la ventana.

Las tripas rotas. Azufre en el estómago. Vino , Ron y Cerveza , curioso coctel si lo que quieres es un pase libre para comerte la mierda del mundo, acelerar el ciclo, marchitar las rosas, dejar que las moscas se apoderen de tu vida.
La visión perdida, intenta joder a dios y verás como se las gasta. Mientras que para algunos vivir es un derecho, para otros un privilegio , para muchos , una maldición. Para mí, en este momento sería un jodido placer porque necesito respirar. El aire apenas me llega, entre arcada y arcada tan solo intento inspirar un poco y seguir echando todo, quedarme vacío de esta mierda, intentar sobrevivir a la intoxicación. La sensación de asfixia cada vez es mas fuerte, la vista va y viene ..pero sobre todo se va. La muerte me está jodiendo, me está jodiendo bien y pretende correrseme , penetrarme suavemente e introducirme el veneno. No hay luz al final del camino, tan solo oscuridad y nada.
Mi último esfuerzo , trago el poco aire que cabe por mi colapsada tráquea y con una última arcada expulso lo poco de líquido que queda. Justo a tiempo, consigo retomar las riendas de mi vida, las jodidas riendas de la vida, he sido yo quien se ha jodido a la muerte, aunque no es algo de lo que me sienta muy orgulloso. Yo mismo me lo he buscado.

Mi primera cita en años y yo apunto de morir, maldita sea, me arrepentiré de esto mañana. Ahora mismo intento seguir en pié y no pensar en el camino hasta casa. ¿ Donde está ella?… Se marchó hace tiempo, todos se marcharon… Me cago en dios.. Esa es mi solución para todo…

Toca caminar. Frío helado, frío nocturno. Gatos que observan desde las sombras , ratas buscando comida en los contenedores. Todo cuesta. El cielo libre de impurezas, todo el manto a mi servicio, pero los astros no están de mi parte. Nunca lo están. Estoy acostumbrado. Me ponen los ases en la mano y no se como lo hago pero pierdo las apuestas. Al principio resulta frustrante, con el tiempo te acostumbras como a todo.

Vacío, no solo exterior , sino interior. La calle solitaria para un alma solitaria, la mente vacía, el corazón vacío, es estómago vacío. Carne , huesos, músculos y sangre, no nada mas . ¿Qué mas esperas?

Mañana pensaré en ti. Supongo que no seré el primero, ni el último, y por supuesto que no seré el único. Siempre llego pronto, o demasiado tarde, y si estoy a tiempo, seguramente la acabo jodiendo. En este caso la he jodido.. Y ahora no te puedo sacar de la cabeza, vas a pasar a formar parte de mi vida y tu sin tener ni puta idea. Novio, siempre existe alguno que te jode la existencia, es increíble la facilidad que tienen las mejores tías para acabar con los mayores descerebrados inútiles, y encima tienen la cara de decirte que les atrae la personalidad y no el físico. ¡Que les follen!
¿Resentimiento ? Pienso que no, que soy realista, aunque claro, si tu eres una de esas que tienes un novio inepto pensaras que soy un resentido amargado. Haces bien. Lo soy. ¡Y tu novio un hijo puta con suerte! . Sin rencores. Mañana no me acordaré de nada.

De nuevo entre sirenas y luces de neón, de nuevo entre meados, cristales rotos, ventanas encendidas, farolas rotas, contenedores de basura, pintadas, vagabundos durmiendo en el suelo, humo y rugidos, voces , risas, llantos, bares, televisiones, música… de nuevo en la ciudad, palpita y ruge como un león en celo. Está viva. Todos haciendo algo. Porque en eso se trata la vida. Hacer cosas. Supongo. En verdad no tengo ni puta idea, tampoco es algo que me preocupe.

Parece que todo está acabando, mi cama me espera. Otra noche durmiendo solo, pero no me importa demasiado. Caeré rápido en el sueño, y antes de darme cuenta será otro día, me arrepentiré muchísimo de ésta noche, de lo que he hecho..pero sobre todo.. De lo que no he hecho. Es lo peor en lo que puedes pensar, en joderte por cosas que nunca han pasado, en joderte por eso mismo, porque NO ocurrieron. Es algo que no me gusta demasiado , pero no puedo evitarlo. A base de palos se aprende. Hostias.


- Tienes esperma en los zapatos-. Me dijo con mirada penetrante y segura. Una de esas miradas que te acojonan. Es como si te cogieran los testículos y te los movieran como si se trataran de un cubo de Rubik.
Me dí la vuelta y dando una sólida calada a mi puro de cuarenta céntimos le respondí con indiferencia.
-¿Te apetece tu boca llena de esperma.?- Contesté con cierto aire de pasotismo y superioridad en los ojos.
En cierto modo estaba acojonado. Dicen que la mejor defensa es un buen ataque. Pues bien, no hay mejor forma de ganarte una hostia con una mujer que hacer un comentario machista-sexual. Sobre todo si tiene por medio una felación. El tabú universal. Sexo oral. Todo el mundo lo practica en secreto, y a todo el mundo le avergüenza hablar de ello. Mierda todo.
-Me llamo Samanta. Samanta García- Dijo sonriendo.
Los ojos le brillaron por un instante. Su mano derecha me agarro por el cuello y antes de que pudiera hacer nada me estaba besando. Tenía una boca pequeña y su lengua se movía lenta y sensual en mi boca. El tiempo se paró. El estómago me dio un vuelco . No entendía nada. Yo no quería aquello, pero no podía despegarme de ella. Notaba su calor y me hacía sentir bien. El corazón a cien por hora. Nunca había creído en el amor a primera vista. Yo era mas de los de la erección al primer contacto.

- ¿ Ahora que? - Me dijo al acabar de besarme- ¿ Recuerdas mi nombre? -
-¿Qué ?- Me quedé perplejo.- ¡Zorra loca.!- Respondí asustado…
Estaba indignado, acojonado. Me sentía violado. Aún temblaba. No podía mantenerme . Levanté mi cerveza y me la bebí de un trago.
-Encantada de conocerte, mmm...
-Hache. Respondí no muy convencido.
-¿Hache? Entonces haremos una cosa, me vas a invitar a una copa y a uno de esos puros, charlaremos y luego iremos a tu casa y joderemos el resto de la noche. Luego me marcharé y todo será como antes.
-¿Eres puta o que?
-No. Simplemente estoy dejando las cosas claras desde el principio. Soy una mujer libre, me gustas pero no quiero una relación seria ahora mismo, y para no quitarle la magia al asunto y evitar horas y horas de aburrida conversación para conocernos cuando lo único que me apetece es echarte un polvo, me parece mas fácil hacerlo así. Ahorra tiempo y disgustos.
No sabía que decir. Me quedé perplejo. Demasiada sinceridad aterraba. Me estaba usando. Como si yo fuera un muñeco de goma para saciar sus deseos. Pero había algo especial en ella.
-Me traerás problemas. Se que solo me traerás problemas.- dije firmando mi sentencia de muerte y marchándome con ella a casa. Tenía razón. Me traería problemas…

Samanta tenía diecinueve años por aquel entonces, uno sesenta de altura, pero largo moreno que contrastaba con su piel blancuzca , auque recientemente tenía un color tirando a café con leche, el sol le sentaba bien. Tenía algunos lunares por la cara y el cuerpo, su cuerpo era perfecto, o por lo menos yo lo recuerdo así, delgada, piernas insuperables, buen culo, quizás un poco corta de pechos, pero con una cara que puedes mirar durante horas sin cansarte. Sus ojos oscuros y su mirada penetrante, con solo un vistazo te mataba. Era una de esas mujeres que nunca están solas, un regalo de dios a los hombres, y sin saber como, un día de mierda de octubre se cruzó en mi camino.

Jodimos toda la noche. Tenía un sexo salvaje y poderoso. La lluvia no cesaba . Mi cuerpo ya no podía mas pero ella era insaciable. Cuando por fin se cansó ella se quedó durmiendo suavemente en mi regazo. Olía muy bien. Era una mezcla de aire virginal contrastada con el vicio y la depravación del ambiente. Cogí un puro , me serví una cerveza de las que tenía preparadas debajo de la cama y comencé a escribir un par de poemas. No podía dejar de mirarla. No pensaba en nada, pero allí estaba ella. Samanta. Tan lejana y cercana a la vez. Hacía unas horas yo estaba desecho en la barra de un antro de mala muerte. Ahora entre mis sábanas durmiendo en mi regazo la viva reencarnación de la sexualidad femenina.
Alguien arriba lo ha hecho podidamente bien. Estaba jodido . Me estaba enamorando.

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