lunes, 30 de noviembre de 2009

Bajo la lluvia

Los días de lluvia siempre me traen recuerdos de buenos polvos, de cuando jodía habitualmente. Horas y horas. Uno tras otro, jodiendo y bebiendo.
Fuera la gente con sus problemas , mojados, tristes, nostálgicos.. Como la lluvia. Intentando resguardarse en vano del paso del agua. Carreteras colapsadas, atascos, barro, accidentes, pitidos , sirenas…
Yo mientras, JODIENDO. Dentro, caliente , sin nada en que pensar , excepto en ella, en sus pechos desnudos, sus curvas , en nosotros, tocándonos, buscándonos mutuamente con las manos, los labios, las miradas…¡PUTA GLORIA!.
Joder por joder, joder por amar. Y nos amabamos, y mirábamos la lluvia caer por la ventana, esperábamos que durara siempre, como nuestro amor. Mientras durara la lluvia duraría nuestra pasión, fumando en silencio. No decíamos nada, no hacía falta decir nada, con las miradas, lo decíamos todo. Eramos felices, ella era feliz, yo era feliz, y nos importaba un pijo el resto del mundo y sus problemas.


Recuerdo un día , paseando por Barcelona. La mayor de las tormentas que he visto en mi vida, no podéis imaginar, dios tirando de la cadena de su retrete después de una mala noche. ¡AGUA, AGUA Y MAS AGUA! Durante todo un día y una noche, 24 putas horas lloviendo como si no hubiera llovido en la vida. Era tal la capa de nubes que no se distinguía noche del día, apenas había luz natural.

Éramos un grupo numeroso de amigos, pero con el mal tiempo solo unos cuatro o cinco salimos a conocer la ciudad. Joder, era la primera vez que estaba en Barcelona y de cuatro días no me podía permitir perder ninguno en el hotel.
Caminamos durante todo el día bajo aquella maldita tormenta. Nuestro pensamiento inicial era desplazarnos en metro, pero la cosa era una jodida ratonera, miles de personas abriendose paso a empujones , los bagones colapsados , faltaba el oxígeno , y no quiero ni recordar el desagradable olor a humanidad. ¡El ser humano apesta! Al final para evitar todo esto decidimos ir andando. Tras doce horas caminando bajo la lluvia compramos unas botellas de vino y volvimos al hotel situado en el barrio Gótico.

Cuando llegué a la habitación me cambié de ropa y la que llevaba puesta durante ese día directamente la tiré , tenía mierda , barro y agua, sobre todo agua.
Mientras me daba una ducha caliente mi colega Alex y su novia fueron abriendo el vino y liando unos porros.

-No tardes en ducharte que nosotros estamos empapados- gritó Alex.
Abrí el grifo , situé debajo la cabeza y esperé lentamente mientras el agua caliente me calaba hasta los huesos, joder, poco a poco sentía de nuevo todas las partes de mi cuerpo. Una vez entrado en calor salí del baño y ya olía a alegría en el ambiente, humo blanco y espeso por todos lados . Alex y Penélope sobre la cama fumándose un porro contundente .
-Pasadme unas caladas-
-Joder, lo acabamos de encender. Aún nos tenemos que duchar, espérate a que fumemos mas.-
-Que os follen , solo quiero un par de caladas. Os estáis bebiendo mi vino cacho cabrones.- respondí amablemente.
-Está bien, pero solo un par - contestó Alex no muy convencido.
Su novia estaba callada, con sonrisa bobalicona , estaba bastante delgada y no tenía aguante para las drogas. Aspiré un par de caladas profundas mirando como el capullo se volvía naranja y consumía. Personalmente no me gusta mucho el colocón de porros, pero en aquel momento me supo a gloria…

- Pásatelo ya coño-

-Joder, va, ya sabes que solo quería un par de caladas, toma tu jodido canuto, y ahora pásame mi botella . - me hice con la botella y comencé a beber lentamente.

-Tío , me voy a dar un baño- Alex se metió en la bañera. Encendí un puro barato y seguí bebiendo vino. Penelope seguía callada, así que yo tampoco dije nada, ella simplemente miraba y se reía, no podía sostenerse en pié.

-¿Tu no haces nada?- pregunté aburrido. Nada. - ¿Quieres vino?-

Le acerque la botella a la mano, y tras el primer trago pareció despertar, los ojos le brillaban, su cara blanca se puso de color rojizo y comenzó a parlotear alegre. Estuvimos hablando un largo rato hasta que Alex salió de la ducha.

- Les veo animados cabroncetes- dijo Alex con los ojos casi cerrados.
- Y a ti también cariñito, jajajajaja-
- No me llames cariñito- contestó serio.
- Está bien amor, ajajá- respondió Penelope burlonamente.

Penélope tenía una manera de decir las cosas que hacía que a uno se le derritieran las pelotas joder, bebiendo vino, ahora comprendo porque no hablaba tanto antes, me la estaba montando con la mirada, la estaba preñando por los ojos , eso le gustaba, le gustaba sentirse deseada, era atractiva, caliente, los hombres a sus pies, y lo peor de todo, lo sabía, claro que lo sabía. No hay nada peor en el mundo eso, una diosa que es cosciente de su estatus de diosa. Esas mujeres son lo peor, caminan por el mundo como si ellas no cagaran, como si estuvieran por encima de todos, y de todo, y lo peor … es que posiblemente tengan razón.

-¡Hache! Despierta coño, que te quedas tonto-
- Ya tío ya, estaba … yo que se. ¿ Y Esther? -
- Pues dijo que después de ducharse vendría a la habitación- Contestó Penélope.
- Tenemos que abrir otra botella, esta se ha acabado-
- Demasiado rápido -
- ¿Dónde tenéis el resto?-
-En la nevera-
-¿ Y el abridor ?
- Lo tengo en la mano- Con un movimiento les mostré la pieza metálica cuando en la puerta de la habitación llamaron. Aspiré una gran calada a mi puro y fui a abrir, era Esther. Y que decir tiene que estaba imponente. Con un pijama bastante provocativo . ¿ O era el vino? , quien sabe.

- ¿ Te he comentado que estoy eroticamente cargado cariño?. Dije aspirando el puro y echando el humo al aire.
- Vete a la mierda capullo-
- Como sabes tratar a los hombres, me tendría que tirar a tu hermana.
- ¡Que te follen!-
-¡Vamos, cerrad la puerta ya coño! Que vamos a llenar todo el hotel de humo. - Gritó Alex desde la cama.

La noche siguió tranquila, charlamos los cuatro , hora tras hora fueron muriendo los porros, el vino, la cerveza, incluso mis puros. Todo eran risas y alegría. Incluso gastamos algunas bromas telefónicas al resto de las habitaciones. No se a que hora sería pero con el pedo nos quedamos todos durmiendo.

A mitad de la noche me desperté. Escuchaba una respiración fuerte e intermitente a mi lado. Y una mano me leía todo el cuerpo, subía y bajaba por mi pecho por debajo de la camiseta. Pensé que estaba dormido, pero no, estaba colocado y siendo magreado por Ester. La muy zorra se estaba tocando a mi costa, como si yo fuera un puto muñeco de goma o yo que se que mierda. Ella seguía a lo suyo y yo comenzaba a excitarme, así que la cogí por detrás con una mano, pegué su cuerpo al mío y entonces echó mano de mi falo y posteriormente de mis cojones, jugó con ellos como si de unas bolas antiestrés se tratasen, mis queridas bolas antiestrés. La respiración comenzó a ser mas fuerte. Alex y Penélope durmiendo al lado.
Su boca fue en busca de la mía, ambos chocamos y comenzamos a besarnos salvajemente , como si de una lucha fuera, la agarre mas fuerte, bajé mi mano por su vientre y mis dedos fueron a explorar tierras mas bajas y profundas. Gimió. Mis exploradores encontraron una corriente subterránea. Todo comenzó a ir mas deprisa, pero lento, no sé cuanto tiempo estuvimos metiéndonos mano, pero fue bastante porque mis pelotas comenzaron a doler.
La saqué de la cama y la llevé al baño, allí la desvestí, tras quitarle la camiseta ,comencé a comerle los pechos y a saborear sus pezones, mientras ella gemía y me decía lo bien que lo hacía , lo mucho que le gustaba y lo mucho que me quería. Las mujeres borrachas siempre sueltan las mismas paridas. La folle mirando a la pared, ella gritaba y gemía hasta que le tape la boca con mi mano, me la mordió, sudamos, jodimos, y bien que jodimos. Me corrí dentro. No pasaba nada, tenía la regla, tomaba pastillas de control. En realidad si pasaba, cualquiera que se acueste conmigo puede hacerlo con cualquiera, pero no importaba, estaba demasiado pedo como para pensar en consecuencias. Salimos del baño, me eché en la cama y encendí un puro, nos besamos y salió por la puerta de la habitación, fue un beso de amor, pero solo por parte de ella..mierda.. Di el ultimo trago a la botella de vino que quedaba y fumé el puro tranquilo, acababa de joder, uno de los mejores hasta la fecha, pero creo que me habían jodido.

Al día siguiente todo fue igual, un poco mas viejo, cansado y con dolor de cabeza, Alex y Penélope no se enteraron de nada, bueno, con el tiempo Esther se lo contó a Penélope . Esther se emocionó, ya sabes, relación, te quiero, besos, noches viendo la luna, películas de amor …ect. No hubo nada de eso. Dejó de hablarme. La vida siguió sin mas importancia.

Al tiempo me acabé jodiendo también a Penélope, pero eso es otra historia. No pretendo alardear de vida sexual ni mucho menos, todos tenemos nuestras historias, mejores y peores, polvos malos, polvos buenos, con o sin amor, con conocidos, con desconocidos, con amigos… Afuera a dejado de llover, con esta historia solo pretendía recordar un bonito capítulo de mi vida, y pasar el rato en un día de lluvia , si te gusta o no, me es indiferente. Para algunos de los que lean esto ( si alguien lo lee) solo será una historia real o ficticia sobre un polvo en un día de lluvia, para mí ese día significa algo mas, eché un polvo, perdí una amiga, gané unas zapatillas nuevas, y sin quererlo jodí a una persona… que no fue precisamente Esther.

Ahora abriré de nuevo un vino y brindaré por mi viaje a Barcelona. Espero que algun día jodais tan bien bajo la lluvia.


Carlos Aguilar Hebles. Bajo la lluvia.2009


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